Antes de entrar en el meollo de la cuestión, echemos un rápido vistazo a la composición o anatomía de una zapatilla de baloncesto. La zapatilla se compone de diferentes elementos que influyen (dependiendo de la tecnología) en las sensaciones que transmite una vez de pie y durante el ejercicio:

Anatomía de una zapatilla de baloncesto

El tallo

Parte exterior del zapato unida a la suela y que influye directamente en la sujeción y el confort. Puede estar hecha de uno o varios materiales.

Cordones

Permite apretar la zapatilla y bloquear el pie dentro del calzado. También pueden utilizarse cierres de velcro.

La plantilla

Presente en el interior del zapato para aumentar el confort general.

La entresuela

La zona entre la suela y la parte superior del zapato. Es donde se encuentra la mayor parte de la amortiguación, y su anchura influye en la estabilidad del par.

Refuerzo del talón

Placa que bloquea y sujeta firmemente el tobillo dentro del entrenador.

Amortiguación

Espuma amortiguadora o cojín de aire.

El único

Plantilla para agarre y tracción.